En mi entrada anterior les mostré a un representante destacado del denominado realismo socialista, Deineka. Hoy les presento a otro pintor fuertemente vinculado a este movimiento: Tibor Csernus (Kondoros, Hungría, 1927-2007).
Como suele ser usual entre los componentes de este movimiento, su vinculación con las vanguardias artísticas fue muy escasa y, durante su exilio parisino (de 1964 hasta su muerte) tuvo muchas dificultadas para vender su obra que se consideraba demasiado clasicista.
El tratamiento de las luces y los fuertes claroscuros muestran claramente su deuda con Caravaggio, así como con Velázquez y Rembrandt. Muchas de estas obras, si no se visionan en conjunto, parecerían realizadas en el siglo XVII.
Sin embargo, su tratamiento del color es muy personal y logró generar un estilo de características propias. En 1997 logró la mayor distinción de su pais natal (premio Kossuth).

El sacrificio de Isaac – Csernus