Jenny Saville (Cambridge, Reino Unido, 1970) es una pintora inglesa miembro del grupo Young British Artist, un movimiento que en la década de los noventa desarrolló un tipo de neorrealismo impactante y cuyo principal adalid fue Damien Hirst. La obra de Saville suele mostrar la imagen del cuerpo femenino desnudo en un gran formato y claramente gruesa. No es la gordura de las imágenes de Botero que, como indicaba en una entrada anterior, pretende generar un nuevo canon de belleza. No existe pretensión de belleza, y en su supuesto realismo parece  subyacer un intento de subversión, de rechazo físico, incluso de asco. Observen el tratamiento que da a la piel:

 Autoretrato – Jenny Saville

    Tampoco resulta muy «reconfortante» la ambigüedad sexual de algunos de sus personajes:

La crítico María Cunillera en su artículos «Negarse a mirar: Lo abyecto» (Cuerpo y mirada, huellas del siglo XX, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, 2007) indica:

«Con insistencia, la retórica patriarcal ha situado a la mujer en un falso pedestal que la convierte en una imagen bonita, aunque luego la relegue como saco de excrementos. Subvertir la lógica de esta apariencia seductora es lo que pretenderían artistas como Kiki Smith, Sarah Lucas o Jenny Saville»

y más adelante, en una reflexión general:

«Realmente, ¡es muy difícil no provocar asco!. ¿Será esta generalización que proponen ciertos artistas un agente democratizador? En cualquier caso, poner a funcionar el estereotipo de lo abyecto para hacerlo estallar desde dentro conlleva sus riesgos. Proponer la visibilidad de subjetividades que no son reconocidas a través de lo repulsivo, ¿no equivale a reforzar su marginalidad? …»

Algunas obras, muy recientes, parecen no ser tan lacerantes pero su apariencia sigue generando al menos, inquietud.

Las madres – Jenny Saville

Sin duda Saville es una de las figuras más destacadas del arte actual.