Me han comentado que en mi discusión anterior sobre el Greco no planteé el desnudo masculino completo en la obra de este autor. Ciertamente, los condicionantes anteriormente citados obligaban a los artistas a pintar, como mucho, un cuerpo semidesnudo y eso sólo para el caso de algunas imágenes de Cristo, los mártires y algunos Padres del Desierto. Los temas del Greco se hacen eco de estas limitaciones y en sus temas religiosos, salvo unas imágenes muy poco visibles en El martirio de San Mauricio (incluído el santo), solo conozco la existencia de una obra en la que exista este planteamiento: «La visión de San Juan» que representa la apertura del séptimo sello en el Apocalipsis.
Sin embargo, el desnudo adquiera un protagonismo total en su única obra de carácter mitológico: «Laoconte» (1610). El motivo mitológico es bien conocido: El sacerdote Laoconte intentó evitar que los troyanos aceptasen el caballo de madera que lo aqueos le ofrecían y que acabó con la destrucción de la ciudad. Cuando intentó quemar lo Neptuno envió a dos serpientes que devoraron a sus hijos y, finalmente, a él mismo.
El Greco crea una obra muy inspirada en la célebre escultura helenísitca de «Laoconte y sus hijos» que, sin duda, conoció durante su estancia en Italia,sin embargo el significado de su obra ha dado lugar a toda clase de interpretaciones: ¿Por qué Troya es sustituída por una imagen de Toledo?, ¿quienes son las dos figuras que
aparecen de pié en la parte derecha del cuadro?, ¿por qué la cara de Laoconte es igual a la que utiliza en las representaciones de San Pedro?, ¿por qué dio tanta importancia a ésta, su única obra mitológica y muy tardía, que llegó a hacer al menos seis versiones de la misma?, ¿tiene la obra algún significado cristiano?.
La obra del Greco presenta dos estratificaciones, una horizontal y otra vertical. La primera está formada por el primer plano de las figuras recostadas, la ciudad de Toledo y el cielo. Entre las figuras y la ciudad se aprecia un pequeño plano en el que se sitúa el caballo de la polémica que, dibujado de un modo sesgado, crea un vector aleja esta última del espectador del espectador. La estructura vertical está formada, en la banda izquierda, por uno de los hijos de Laoconte representado con desnudo frontal, mientras que en la derecha tenemos a esas dos enigmáticas figuras, una mujer de frente y una figura de espaldas, supuestamente un hombre. Estos planos verticales permiten un anclaje de los anteriores e impiden un lectura
lineal y calmada de la obra. El dramatismo se acentúa con una disposición circular de la figura del padre y los hijos: La luz, blanca y azulada, característica de la última época del Greco, apenas da volumen a los cuerpos, que envueltos en una linea negra tiene un cierto carácter plano. Las figuras muy alargadas, abocetas, pintadas con trazos largos. Todo tiene un carácter irreal y trágico al mismo tiempo, y en este contexto los desnudos no revisten la menor sensualidad y los cuerpos se vuelven símbolos aunque no seamos capaces de conocer su significado último.