Al contemplar la obra escultórica de Johanna Schweizer (Enschede, Overijssel, Holanda, 1946) no nos extraña que se la conozca como la Louise Bourgeois holandesa. Sus esculturas realizadas con colores llamativos y usando la técnica del crochet tienen un fuerte componente sexual, pero abarcan un conjunto muy variados de temas: sexualidad y sensualidad, religión y paganismo, folklore y leyendas…























