Continuo aquí con una pretendida serie en la que se analiza la figura de Adán y Eva a lo largo de la Historia del Arte. En una primera entrada, en este blog, puse de manifiesto el tratamiento que el arte románico les otorgó durante la Alta Edad Media. Durante los siglos XII, XIII y XIV (Baja Edad Media) la situación social de la gente cambió. La población y la economía sufrieron una expansión, se empezaron a desarrollar las universidades y el arte parece intentar desligarse ligeramente de ese centro religioso centrado en abadías y monasterios. Desaparecerán los grandes frescos narrativos de la época románica y ahora los temas preferidos van a ser historias novelescas o de la vida cortesana. En su representación, la pintura no juega un papel relevante.
Se suele considerar como arte gótico las expresiones artísticas que llegaron hasta finales del siglo XV, superponiéndose temporalmente, como «gótico internacional», con el Renacimiento (Quattrocento). De un modo más restrictivo, vamos a hablar del gótico como el denominado «estilo 1200».
Los manuscritos y pinturas seguirán manteniendo una fuerte influencia del arte bizantino, pero se va volviendo más naturalista. Los ropajes muestran pliegues más suaves, los fondos empiezan a adquirir importancia y aparece un mayor interés por la volumetría. Un creciente interés por la realidad se manifestará, hacia mediados del siglo XIV, en la aparición del retrato. Todo ello tendrá su máxima expresión durante el siglo XV (gótico internacional).
Con respecto a la miniatura vamos a ver que se populariza, ya que el libro, circunscrito durante los siglos anteriores al ámbito monacal, se abre a las universidades y a altos personajes. Estos se elaboran también en talleres externos donde también se van a producir salterios (libro de salmos) no litúrgicos.
En el siglo XIII tenemos, por ejemplo, esta miniatura procedente de un psalterio de Munich:
Veamos como se nos presentan a los personajes en la Biblia de Holkman (siglo XIV):
En otros códices:
Como comentaba, las pinturas en este periodo son escasas. He podido encontrar esta obra, atribuida al Maestro Bertram, correspondiente a la segunda mitad del siglo XIV:









