Max Leiva (Guatemala, 1966), ex ciclista, nos muestra una obra artística singular plagada de personajes desnudos o semi-vestidos (difícil de determinar en muchas ocasiones), siempre misteriosos. Un sincretismo formal que evoca culturas mezoamericanas, pero también orientales, y pienso que puede recordarnos también a algunas vanguardias europeas (¿Marino Marini, por ejemplo?). El artista comenta:
«Me fascina la esencia humana, nuestra propia condición, nuestra fragilidad y nuestro comportamiento en sociedad».










