¿A quién no le gusta viajar, conocer nuevos lugares, ambientes, personas? Una de las ventajas de la jubilación es que te permite tiempo para hacerlo (aunque no siempre dinero). A finales de Febrero hicimos, en un viaje organizado por el IMSERSO, un viaje centrado en Matalascañas, un enclave perteneciente al municipio de Almonte (Huelva), casi dentro del Parque Nacional de Doñana. Un lugar maravilloso que permite disfrutar plenamente de la naturaleza. Sus playas, casi desiertas en esa fecha, invitaban a un baño desnudo, pero la temperatura no estaba de acuerdo con ello y el nudismo quedó restringido a la habitación del hotel.

Hoy salimos con la pretensión de recorrer el norte de España, de Galicia a Euskadi. Ocho días de relax que no me van a permitir atender debidamente este blog. Intentaré realizar algunas entradas en el mismo, pero serán menos frecuentes. Prometo volver a la normalidad a mi vuelta.