Siempre es difícil hablar de la obra de un contemporáneo, pues nos privamos de las «doctas» referencias bibliográficas y estudios previos, y debemos guiarnos por nuestro propio instinto. Nikoleta Sekulovic (Roma, Italia), de madre alemana y padre serbio, reside en Madrid con marido neozelandés y sus dos hijas, lo que parece sumergirla en un sincretismo cultural que traduce luego en un arte de formas minimalistas y conceptuales que me recuerdan la tradicional simplicidad del arte japonés. Sólo el rostro – y de un modo muy ocasional – se encuentra tratado con detalle. En sus pinturas la línea domina totalmente, en ausencia de cualquier volumetría a lo que contribuye el uso de tintas planas.

Según un artículo del Wall Street International:

En una paleta muda y vacía de objetos y distracciones, Sekulovic representa la forma femenina, despojada de las expectativas externas y en un estado de autenticidad, en oposición a las expresiones más tradicionales de la sexualidad. Las líneas más sueltas celebran las imperfecciones e irregularidades del cuerpo humano y recuerdan la Viena de Egon Schiele y el minimalismo de los estudios de Gustav Klimt: Mi enfoque hasta ahora ha sido centrarse en menos en lugar de más. Intento usar menos líneas y una paleta de colores sencilla. Busco formas de llevar el movimiento a los contornos de la figura o a la piel. Creo que la figura necesita respirar. Debe reflejar algo del tejido humano, y es que somos ordenados y complejos, angulares y curvados «.

Muchas de sus pinturas son luego fotografiadas, en composiciones en las que aparece ella misma o sus hijas, ampliando el marco interpretativo de la obra. Así, la artista comenta:

Deseo instigar un diálogo sobre el papel y el significado de la madre de hoy en día y agregar un sentido de dignidad y belleza a todas las fases de la maternidad.
Mi objetivo es completar una colección de 17 pinturas en la tradición del retrato de Odalisca, que representa a las madres de hoy en día sin apoyos ni distracciones, solo sus personalidades desprovistas de expectativas externas. Me interesa transmitir su autenticidad. Una especie de odalisca de vanguardia, donde la madre también es una musa, orgullosa de sí misma y de su cuerpo.