Suele encuadrarse la obra de José Manuel Belmonte (Córdoba, España, 1964) dentro de ese amplio espacio artístico que se denomina hiperrealismo, pero está claro que no se circunscribe a una minuciosa y fría reproducción de los cuerpos. Sus esculturas nos cuentan historias, en ocasiones fuertemente emotivas.

Rafael Fernández Ordóñez, en un artículo para el diario Zaragoza, dice:
«Aunque sea un artista figurativo, Belmonte no es en absoluto un escultor realista, ya que no le interesa la realidad per se, sino la recreación o reinvención de una cierta imagen de la misma, y mucho menos hiperrealista, porque no se rebaja a la mezquindad de los detalles anecdóticos, sino que asciende hasta la dignidad de los universales arquetípicos en lo perceptivo y lo sensorial…»
Veamos algunas de las esculturas de su serie «El Hombre Pájaro»:


Con un estilo muy diferente presenta la instalación «El recreo de los ausentes», una triste imagen de la vejez que regresa a un estado infantil, de inmensa soledad y aislamiento, una terrible visión sobre el Alzheimer. En palabras del artista:
«Cuando somos mayores, volvemos a ser niños. Nos vienen recuerdos de esta etapa en muchos casos a través de la enfermedad del Alzheimer. Sólo nos queda la vida contemplativa. Incluso hay momentos en los que nuestros mayores ya no están con nosotros, están presentes pero pasan a otro mundo mejor que en el que viven».





A la serie «El Cuerpo del Pecado» pertenecen estos bajorrelieves que les muestro:

La invitación – José Manuel Belmonte

La lujuria – José Manuel Belmonte
Una producción muy variada de uno de los escultores españoles más destacados dentro del «realismo».

Podemos leer una interesante entrevista con José Manuel Belmonte incluída en su página web oficial.
