Pindorama significa tierra de palmeras y es el nombre de Brasil anterior a la colonización portuguesa. Lia Rodrigues, una de las figuras más destacadas de la danza brasileña presenta, con su grupo, un interesante y reflexivo trabajo.
Durante 80 minutos los actores evolucionan desnudos sobre unos plásticos que contienen preservativos llenos de agua y finalmente en el propio suelo mojado. No hay música y no se intenta aislar acústicamente la escena. Los bailarines parecen llevar a cabo un lucha de titanes contra la naturaleza, representada por ese mar que los engulle muchas veces. Los espectadores forman parte sustancial de la performance. Solo unas pocas sillas próximas a la escena obligan a la mayoría a mantenerse de pié o sentados. Se les mantiene fuera de su zona de confort y deben cambiar a menudo de posición para esquivar esos preservativos con agua, los charcos o los propios bailarines.
En la presentación de la obra en el Kaaitheater de Bruselas leemos:
Un grupo de bailarines se mueve entre la vulnerabilidad y la violencia, entre la virginidad y la destrucción. A partir de individuos solitarios, que se convierten en una multitud desbordante; sueñan con un cuerpo colectivo como un escudo contra la furia de los elementos. Con esta admirable «instalación viva», Lia Rodrigues nos sumerge en una utopía.
Igualmente podemos escuchar las explicaciones de Lia Rodrigues sobre el proceso creativo de Pindorama en este otro video (en portugués). Igualmente pueden descargar aquí, también en portugués, un magnífico trabajo crítico debido a la crítico de danza Adriana Pavlova

