Katsura Funakoshi (Morioka, Iwate, Japón, 1951-2024), creador de esculturas que muestran una gran serenidad, ha sido uno de los creadores japoneses más destacados del mundo contemporáneo. El artista comentó en Crownpoint:
«Me interesa la existencia humana, una declaración sobre la humanidad. El material que utilizo —madera para la escultura, papel para los dibujos y carboncillo o lápiz— es importante; influye en el resultado. Busco la tensión o el momento perfecto entre el material y la imagen».
Y en Singulart leemos:
«Sus esculturas, principalmente figuras humanas con el torso hacia arriba, están meticulosamente talladas, conservando la veta de la madera y las marcas de las herramientas, aunque a menudo dejan la corona de la cabeza sin pintar, integrando una esencia orgánica con su destreza técnica. Sus obras evocan una serenidad cautivadora, invitando a la contemplación y una resonancia emocional que conecta lo etéreo con lo corpóreo».
O en Annely Juda Fine Art:
«Katsura Funakoshi fue considerado una figura destacada en el campo de las artes visuales en Japón. Talladas meticulosamente en madera de alcanfor, sus torsos híbridos tienen una piel sutilmente modelada y ojos de mármol luminiscentes que interactúan tanto con la fantasía como con la realidad. Humanas y surrealistas, sus figuras son tótems para la conexión entre la mente y el cuerpo y tienen una gran presencia poética y etérea; una profunda quietud y quietud en los ojos y expresiones faciales, extraordinariamente directas pero serenas y sublimes. En sus obras posteriores, guirnaldas hechas de libros, frutas, cuerpos voladores y manos flotantes se extienden desde los hombros y las cabezas de las figuras encarnando sus sueños y pensamientos. De estas obras, el artista dijo: «Cuando algo sucede, puedo ver muchas cosas que se elevan desde el hombro de una persona, como una aurora y un arcoíris, orbitando sobre la cabeza».










