Bogdan Rață (Baia Mare, Rumanía, 1984) es un escultor que nos muestra en sus creaciones un cuerpo humano retorcido, fragmentado, siempre intrigante. El artista comenta:
«Trabajo con fragmentos humanos que combino para crear imágenes de fuerte impacto emocional: frustración, miedo, vergüenza. Reinterpreto el cuerpo humano precisamente para inducir un estado de confusión en el lector y, de alguna manera, obligarlo a comprender, desde una perspectiva diferente, al ser humano contemporáneo. Un dedo puede ser más fuerte que un rifle, una oreja más frustrante que un interrogatorio».
La revista italiana Objects destaca:
«Irónicas, eróticas, perturbadoras, las obras plásticas de Rață muestran un realismo aparente, sin embargo, el efecto de verosimilitud de los cuerpos se ve aberrado por el uso de combinaciones e interpenetraciones de diferentes zonas anatómicas –pezones que emergen de talones, orejas que proliferan en un cráneo, dedos que sustituyen a los del pie–, un proceso de transfiguración y mezcla óptica que impregna sus esculturas de un surrealismo lúdico y de ciencia ficción».


















