La artista Marina Frascara (Buenos Aires, Argentina, 1959) es artífice de una obra poética que se mueve entre el realismo y la abstracción, y que conjuga con una importante labor docente. Su técnica es muy versátil e incluye desde la acuarela al uso de la tela asfáltica. Según cuenta la artista:
«Los tonos al agua me llevan por lo sutil porque son menos densos en su materia. Me permiten transparencias, claridad, me llevan a una imagen delicada. Puedo dibujar, puedo trabajar desde la mancha también.
Las breas (o hebreas como jugaba a decirme Antonio) son matéricas, por lo menos hasta que las diluyo. Me permiten transformar todas las veces que quiera lo que voy haciendo, colocar y sacar, trapear, esgrafiar, pincelar o texturar. Es un material muy lúdico. Aclaro que nombro “brea” a la pintura asfáltica sólo por la comodidad de lo abreviado de la palabra. Pero el material con el que trabajo es pintura asfáltica. Y su dilución es con solventes».
En la misma entrevista cita, como a sus principales maestros, a Alicia Scavino, Osvaldo Attila y Antonio Pujia:
«Attila y Pujia fueron para mí como el yin y el yang. El complemento de lo racional con lo emocional. Attila profundizaba sobre el pensamiento visual y analizaba cuando Antonio ponía la mirada sobre las emociones. Los dos tuvieron en común ser obreros del arte con pasión por el oficio y por transmitirlo».
















