El término Hiperrealismo parece evocar una realidad por encima de la realidad pero, ¿es ello posible?¿Qué define la realidad?, ¿nuestra percepción de las cosas? ¿La fotografía refleja fielmente nuestra percepción del mundo y como tal nos muestra una realidad objetiva? Entramos en un mundo confuso en el que el arte nos habla de tantos tipos de realismo que se acaba por desdibujar el término y volverlo ambiguo: realismo mágico, realismo fantástico, realismo histórico, neorrealismo,…
El movimiento se gestó a mediados del pasado siglo, en los Estados Unidos, pero se dio a conocer en Europa en 1972 en el marco de la «Documenta 5», exposición celebrada en Kassel (Alemania). Desde ahí se extendió por todo el mundo este movimiento – supuestamente fundado por el artista británico residente en los Estados Unidos, Malcolm Morley -, pero cuyos componentes nunca formaron un verdadero grupo artístico.
El Hiperrealismo se expresa tanto en pintura como escultura. En el primer caso debemos distinguir dos tendencias diferentes: el realismo fotográfico o fotorrealismo, que utiliza la fotografía como punto de partida de la obra, y el realismo figurativo o radical, que prescinde de este recurso (según Andrea Imaginario). Como ejemplo de esto último tenemos muchas obras de Antonio López:
¿Cómo se ve el Hiperrealismo?. Antes de citar lo que pudieran ser las principales características de este movimiento, reproduzco un fragmento de Linda Chase tomado del catálogo de la exposición «Hiperrealismo 1967-2012» ( Museo Thyssen-Bornemisza, 2013, pag. 21):
«Enfrentado a una pintura fotorrealista, la reacción del visitante medio de galerías y museos en la siguiente: Parece tan real… es como una foto. Con lo que quiere decir, claro está, que parece exactamente una fotografía. Por muy asombrosamente realistas que sean estos cuadros, sabemos que no estamos mirando un escaparate, ni una motocicleta, ni una serie de saleros y botes de ketchup. El contexto no es el suyo, la escala es otra, y el lenguaje visual se basa en nuestra familiaridad con lo que traduce la cámara. No hay posibilidad de tomar un cuadro fotorrealista por un objeto real»…
Así pues, las principales características de la pintura hiperrealista son:
- Banalidad o cotidianeidad de los temas abordados (similar al Pop)
- Una pretendida negación de los aspectos sociales, en oposición a cualquier realismo crítico. Incluso se llega a excluir cualquier emoción o sentimiento.
- Pinturas al óleo o acrílicas con una base fotográfica directa (fotorrealismo) o indirecta (realismo figurativo)
- Sobredimensionamiento de los objetos y eventual monumentalismo
- Pintura efectista que gusta de describir transparencias, brillos y reflejos.
- Uso destacado del color que se aplica mediante veladuras o empastes, y no dejan marcas de pinceladas en el lienzo.
- Escasa representación de la figura humana y, consiguientemente, pocos desnudos.
En el caso de la escultura hiperrealista se dan también mucho de los elementos citados para la pintura y de un modo más radical, como las dimensiones monumentales de muchas de sus piezas. El cuerpo humano se representa mucho más que en la pintura. En la escultura se utilizan frecuentemente moldes y materiales no convencionales, como la fibra de vidrio o la silicona.
Algunos ejemplos de esculturas hiperrealistas:
Las imágenes mostradas en esta entrada han sido previamente publicadas en este blog. El número de artistas que podemos adscribir a este movimiento es muy grande y sólo destaco a algunos de ellos como ejemplo.
















